El Evangelio De Santo Tomás
(Redacción griega)
Preámbulo I
1.Yo, Tomás Israelita, vengo a
anunciaros a todos vosotros, mis hermanos entre los gentiles, para que los
conozcáis, los actos de la infancia y los prodigios de Nuestro Señor
Jesucristo, cumplidos por él después de su nacimiento en nuestro país.
2.Y he aquí cuál fue su comienzo.
Gorriones hechos con barro II
1.El niño Jesús, de cinco años de
edad, jugaba en el vado de un arroyo, y traía las aguas corrientes a posar, y
las tornaba puras en seguida, y con una simple palabra las mandaba.
2. Y, amasando barro, formó doce
gorriones, e hizo esto un día de sábado. Y había allí otros muchos niños, que
jugaban con él.
3. Y un judío, que había notado
lo que hacía Jesús, fue acto seguido, a comunicárselo a su padre José,
diciéndole: He aquí que tu hijo está cerca del arroyo, y, habiendo cogido barro,
ha compuesto con él doce gorriones, y ha profanado el sábado.
4. Y José se dirigió al lugar que
estaba Jesús, lo vio, y le gritó: ¿Por qué haces, en día de sábado, lo que no
está permitido hacer? Pero Jesús, dando una palmada, y dirigiéndose a los gorriones,
exclamó: Volad. Y los pájaros abrieron sus alas, y volaron, piando con
estruendo.
5.Y los judíos quedaron atónitos
ante este espectáculo, y fueron a contar a sus jefes lo que habían visto hacer
a Jesús.
Muerte del hijo de Anás III
1.Y el hijo de Anás el escriba se
encontraba allí, y, con una rama de sauce, dispersaba las aguas que Jesús había
reunido.
2. Y Jesús, viendo lo que
ocurría, se encolerizó, y le dijo: Insensato, injusto e impío, ¿qué mal te han
hecho estas fosas y estas aguas? He aquí que ahora te secarás como un árbol, y
no tendrás ni raíz, ni hojas, ni fruto.
3. E inmediatamente aquel niño se
secó por entero. Y Jesús se fue de allí, y volvió a la casa de José. Pero los
padres del muchacho muerto lo tomaron en sus brazos, llorando su juventud, y lo
llevaron a José, a quien reprocharon tener un hijo que hacía tales cosas.
Castigo infligido por Jesús a un
niño IV
1.Otra vez, Jesús atravesaba la
aldea, y un niño que corría, chocó en su espalda. Y Jesús, irritado, exclamó:
No continuarás tu camino. Y, acto seguido, el niño cayó muerto. Y algunas
personas, que habían visto lo ocurrido, se preguntaron: ¿De dónde procede este
niño, que cada una de sus palabras se realiza tan pronto?
2. Y los padres del niño muerto
fueron a encontrar a José, y se le quejaron, diciendo: Con semejante hijo no
puedes habitar con nosotros en la aldea, donde debes enseñarle a bendecir, y no
a maldecir, porque mata a nuestros hijos.
José reprende a Jesús V
1.Y José tomó a su hijo aparte, y
lo reprendió, diciendo: ¿Por qué obras así? Estas gentes sufren, y nos odian, y
nos persiguen. Y Jesús respondió: Sé que las palabras que pronuncias no son
tuyas. Sin embargo, me callaré a causa de ti. Pero ellos sufrirán su castigo.
Y, sin demora, los que lo acusaban, quedaron ciegos.
2. Y los que vieron esto,
vacilantes y atónitos, decían de Jesús que toda palabra que pronunciaba, buena
o mala, se cumplía, y producía un milagro. Y, cuando hubieron visto que Jesús
hacía cosas semejantes, José se levantó, lo agarró por la oreja, y se la estiró
con fuerza.
3. Pero el niño se enfadó, y le
dijo: Bien fácil te es buscar sin encontrar, y acabas de obrar como un
insensato. ¿Ignoras que te pertenezco? No me hagas daño.
Exposición del alfabeto VI
1. Y un maestro de escuela,
llamado Zaqueo, que se encontraba allí, oyó a Jesús hablar así a su padre, y lo
sorprendió mucho que un niño se expresase de aquella manera.
2. Y, algunos días después, se
acercó a José, y le dijo: Tienes un hijo dotado de buen sentido e inteligencia.
Confíalo a mi cuidado, para que aprenda las letras, y, con las letras, le
enseñaré toda ciencia. Y también le enseñaré a saludar a los mayores, a
honrarlos como antepasados, a respetarlos como padres, y a amar a los de su
edad.
3. Y le escribió todas las letras
del alfabeto desde Alpha hasta Omega muy puntualmente y con toda claridad. Mas
Jesús, mirando a Zaqueo, le dijo: Tú, que no conoces la naturaleza del Alpha,
¿cómo quieres enseñar a los demás la Beta? Hipócrita, enseña primero el Alpha,
si sabes, y después te creeremos respecto a la Beta. Luego se puso a discutir
con el maestro de escuela sobre las primeras letras, y Zaqueo no pudo
contestarle.
4. Y, en presencia de muchas
personas, el niño dijo a Zaqueo: Observa, maestro, la disposición de la primera
letra, y nota cómo hay líneas y un rasgo mediano que atraviesa las líneas que
tú ves comunes y reunidas, y cómo la parte superior avanza y las reúne de
nuevo, triples y homogéneas, principales y subordinadas, de igual medida. Tales
son las líneas del Alpha.
Perplejidad de Zaqueo VII
1. Y, cuando Zaqueo, el maestro
de escuela, oyó al niño exponer las alegorías tan numerosas y tan grandes de la
primera letra, quedó perplejo ante tal respuesta y ante tal enseñanza, y dijo a
los asistentes: ¡Desventurado de mí, a qué extremo me veo reducido! Me he cubierto
de vergüenza, al traer a mi escuela a este muchacho.
2. Así, pues, hermano José, te
ruego que lo lleves contigo, porque no puedo soportar la severidad de su
mirada, ni penetrar el sentido de su palabra en modo alguno. Este niño no ha
nacido en la tierra, es capaz de domar el fuego mismo, y quizá ha sido
engendrado antes de la creación del mundo. ¿Qué vientre lo ha llevado? ¿Qué
pecho lo ha nutrido? Lo ignoro. ¡Ay, amigo mío, tu hijo me pone fuera de mí, y
no puedo seguir su pensamiento! Me he equivocado en absoluto. Yo quería tener
en él un discípulo, y me he encontrado con que tengo en él un maestro.
3. Me doy cuenta de mi oprobio,
amigos míos, porque yo, que soy un viejo, he sido vencido por un niño. Y no me
queda sino abandonarme al desaliento o a la muerte, a causa de este niño, ya
que no puedo, en este momento, mirarlo cara a cara. ¿Qué responderé, cuando
digan todos que he sido derrotado por un pequeñuelo? ¿Y qué podré explicar
acerca de lo que él me ha dicho de las líneas de la primera raya? No lo sé,
amigos míos, por cuanto no conozco, ni el comienzo, ni el fin, de este niño.
4. Así, pues, hermano José, te
ruego que lo lleves contigo a tu casa. Es algo muy grande, sin duda: un dios,
un ángel o algo parecido.
Conclusión de la historia de
Zaqueo VIII
1. Y, mientras los judíos daban
consejos a Zaqueo, el niño rompió a reír, y dijo: Ahora que tu aventura produce
sus frutos, y que los ciegos de corazón ven, he aquí que yo vengo de lo alto
para maldecirlos, y para llamarlos a lo alto, como me lo ordenó el que me ha
enviado a causa de vosotros.
2. Y, cuando el niño hubo acabado
de hablar, pronto todos los que habían caído antes bajo su maldición, quedaron
curados. Y nadie, desde entonces, se atrevió a provocar nunca su cólera, por
miedo a que los maldijese, y los hiriese de enfermedad.
Niño caído de una terraza IX
1. Algunos días después, Jesús
jugaba en una terraza, sobre lo alto de una casa, y uno de los niños que jugaba
con él, cayó de la terraza, y murió. Y, Viendo esto, los demás niños huyeron, y
Jesús quedó solo.
2. Y, habiendo llegado los padres
del niño muerto, acusaron a Jesús de haberlo hecho caer. (Jesús les dijo: Yo no
hice tal.) Y lanzaron invectivas contra él.
3. Mas Jesús se tiró de la
terraza abajo, se detuvo cerca del cuerpo del niño caído, y gritó a gran voz,
diciendo: Zenón (porque tal era su nombre), levántate, y dime: ¿Soy yo quien te
hizo caer? Y, habiéndose levantado inmediatamente, el niño repuso: No, Señor,
tú no me has hecho caer, sino que me has resucitado. Y los espectadores del lance
quedaron conmovidos de asombro. Y los padres del niño glorificaron a Dios por
el milagro cumplido, y adoraron a Jesús.
Resurrección de un joven X
1.Pasados otros cuantos días, un
joven cortaba leña en las proximidades del pueblo. Y he aquí que su hacha le
hendió la planta del pie, y murió, por haber perdido toda su sangre.
2. Y, como ello produjera una
aglomeración y un tumulto de gentes, el niño Jesús corrió también allí, y,
haciéndose sitio, atravesó la multitud, y tomó el pie herido del joven, que en
seguida quedó curado. Y dijo al joven: Levántate, sigue cortando leña, y
acuérdate de mí. Y la multitud, al ver lo que había pasado, adoró al niño,
diciendo: Verdaderamente, el espíritu de Dios reside en ti. Jesús en la fuente
XI
1.Y, cuando tenía seis años, su
madre le dio un cántaro, y lo envió a tomar agua, para llevarla a casa. Pero,
habiendo tropezado el niño con la multitud, el cántaro se rompió.
2. Entonces Jesús, extendiendo la
túnica que lo cubría, la llenó de agua, y la llevó a su madre. Y su madre,
reconociendo milagro tal, lo abrazó, y guardó en su corazón los misterios que
veía cumplidos.
Milagro del grano de trigo XII
1.Otra vez, en la época de la
siembra, el niño salió con su padre para sembrar trigo en su campo, y, mientras
su padre sembraba, el niño Jesús sembró también un grano de trigo.
2. Y, una vez lo hubo recolectado
y molido, obtuvo cien medidas y, llamando a la granja a todos los pobres de la
aldea, les distribuyó el trigo, y José se quedó con lo que aún restaba. Y Jesús
tenía ocho años cuando hizo este milagro.
Milagro de las dos piezas de un
lecho XIII
1. Y su padre era carpintero, y
hacía en aquel tiempo carretas y yugos. Y un hombre rico le encargó que le
hiciese un lecho. Mas, habiendo cortado una de las piezas más pequeña que la
otra, no sabía qué partido tomar. Entonces el niño Jesús dijo a su padre José:
Pon las dos piezas en el suelo, e iguálalas por tu lado.
2. Y José procedió como el niño
le había indicado. Y Jesús se puso al otro lado, tiró de la pieza más corta, y
la tomó igual a la otra. Y su padre José, viendo tal, quedó admirado, y abrazó
a Jesús, diciendo: Felicitarme puedo de que Dios me haya dado este niño.
Relaciones con un segundo maestro
XIV
1.Viendo José que el niño crecía
en edad y en inteligencia, y no queriendo que permaneciese iletrado, lo llevó a
un segundo maestro. Y este maestro dijo a José: Le enseñaré primero las letras
griegas, y luego las hebraicas. Porque el maestro conocía la inteligencia del
niño. Sin embargo, después de haber escrito el alfabeto, se ocupó largamente de
él, y Jesús no le respondió, hasta que le advirtió:
2. Si eres verdaderamente un
maestro, y conoces bien el alfabeto, dime primero el valor de Alpha y yo te
diré luego el de Beta. Pero el maestro, irritado, le pegó en la cabeza. Y el
niño, en su dolor, lo maldijo, y aquél cayó exánime, con la faz contra tierra.
3. Y el niño volvió a casa de
José, que quedó muy afligido, y recomendó a su madre: No le dejes pasar la puerta,
porque cuantos lo encolerizan, quedan heridos de muerte.
Jesús confunde a un tercer
maestro XV
1.Y, algún tiempo después, otro
maestro que era pariente y amigo de José, le dijo: Tráeme al niño a la escuela,
que quizá podré por la dulzura enseñarle las letras. Y José le contestó: Si
tienes valor, hermano, llévalo contigo. Y lo llevó con temor y repugnancia, y
el niño iba con placer.
2. Y, entrando decididamente en
la escuela, encontró un libro sobre un pupitre, y, tomándolo, no leía los
caracteres que en él se encontraban, sino que, abriendo la boca, hablaba
conforme a la inspiración del Espíritu Santo. Y enseñó la Ley a los presentes.
Y, juntándose una gran multitud, lo rodeaba, lo escuchaba, y se admiraba de la
belleza de sus descripciones, de lo justo de sus discursos, y de que un niño
como él se expresase de tal manera.
3. Al oír esto, José, espantado,
fue a la escuela, temiendo por la salud del profesor. Y el maestro dijo a José:
Sabe, hermano, que yo he tomado al niño por discípulo, pero está lleno de
sabiduría y de gracia. Condúcelo, yo te lo ruego, a tu domicilio.
4. Y, cuando el niño hubo oído
estas palabras, sonrió. y le dijo: Puesto que has hablado bien, y has dado un
buen testimonio, sea por tu causa curado quien fue herido. Y en seguida el otro
maestro fue curado. Y José volvió con el niño a su casa.
Jacobo, curado de una mordedura
de víbora XVI
1.Y José envió a su hijo Jacobo a
cortar madera, el niño Jesús lo seguía. Y, mientras Jacobo trabajaba, una
víbora le mordió en la mano.
2. Y, como sufría y parecía
herido de muerte, Jesús se aproximó, y le sopló en la mordedura, y en seguida
cesó el dolor, y murió el reptil, y, al instante, Jacobo quedó sano y salvo.
Resurrección de un niño XVII
1.Más tarde, murió un niño en la
vecindad, y su madre lloraba mucho. Y Jesús oyó el clamor de su gran pena y se
apresuró a acudir. Y, hallando al niño muerto, le tocó el pecho, y dijo: Yo te
mando, niño, que no mueras, sino que vivas, y que te quedes con tu madre. Y en
seguida el niño abrió los ojos, y sonrió. Y Jesús dijo a la mujer: Tómalo, y
dale leche, y acuérdate de mí.
2. Y, viendo esto, la gente se
llenó de admiración, y decía: En verdad, este niño es un Dios o un ángel de
Dios, porque toda palabra suya se convierte en un hecho. Y Jesús se fue a jugar
con los demás niños.
Resurrección de un hombre XVIII
1. Algún tiempo más tarde,
habiéndose producido en una casa que se construía un gran tumulto, Jesús se
levantó, y acudió al lugar. Y, viendo a un hombre que yacía sin vida, le tomó
la mano y dijo: Levántate, hombre, y continúa laborando en tu obra, pues yo te
lo ordeno. Y el hombre se levantó, y lo adoró.
2. Viendo lo cual, quedó la gente
admirada, y decía: Este niño viene del cielo, porque ha salvado almas de la
muerte, y las salvará durante toda su vida.
Jesús en medio de los doctores
XIX
1.Cuando tuvo la edad de doce
años, sus padres, siguiendo la costumbre, fueron a Jerusalén por las fiestas de
Pascua con otros compañeros de viaje, y, después de las fiestas, regresaron a
su morada. Y, mientras ellos volvían, el niño Jesús quedó en Jerusalén, y sus
padres pensaron que estaba entre sus compañeros de viaje.
2. Mas, tras una jornada de
camino, buscaron entre sus deudos, y, no hallándolo, se afligieron, y tomaron a
la ciudad para buscarlo. Y, tres días después, lo hallaron en el templo,
sentado entre los doctores, escuchándolos e interrogándolos. Y todos estaban
atentos y sorprendidos de que un niño redujese al silencio a los ancianos del
templo y a los doctores del pueblo, explicando los puntos principales de la Ley
y las parábolas de los profetas.
3. Y su madre María,
aproximándose, le dijo: ¿Por qué nos has hecho esto, hijo mío? He aquí que
estábamos afligidos, y que te buscábamos. Pero Jesús les dijo: ¿Por qué me
buscabais? ¿No sabéis que es preciso que yo atienda a las cosas que afectan a
mi Padre?
4. Y los escribas y los fariseos
dijeron a María: ¿Tú eres madre de este niño? Ella respondió: Lo soy. Y ellos
dijeron: Feliz eres entre las mujeres, porque Dios ha bendecido el fruto de tus
entrañas. Nunca hemos visto ni oído tanta gloria, tanta virtud, tanta
sabiduría.
5. Y Jesús, levantándose, siguió
a su madre, y estaba sometido a su familia. Y su madre guardaba estas cosas en
su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia. Gloria a él por
los siglos de los siglos. Amén.
Fuente: Evangelios Apócrifos, por
Edmundo González Blanco
HISTORIA DE LA INFANCIA DE JESUS
SEGÚN SANTO TOMÁS (Redacción latina) De cómo Maria y José huyeron con Jesús a
Egipto
I 1.Cuando Herodes hizo buscar a
Jesús, para matarlo, el ángel dijo a José:
2. Toma a María y a su hijo, y
huye a Egipto, lejos de los que quieren matar al niño.
3. Y Jesús tenía dos años cuando
entró en Egipto.
4. Y ocurrió que, como cruzasen
un sembrado, recogió espigas, y las puso al fuego, y las asó, y las comió.
5. Y, llegados a Egipto, fueron
admitidos en la casa de una viuda.
6. Y pasaron un año allí.
7. Y Jesús cumplió los tres años.
Y, viendo jugar a los niños, comenzó a tomar parte en sus diversiones.
8. Y, encontrando un pez seco, lo
puso en un plato, y le ordenó que palpitase.
9. Y el pez comenzó a palpitar.
10. Y Jesús le dijo: Quítate la
sal que has tomado, y ve al agua.
11. Y fue así. Mas los vecinos,
viendo lo que había hecho, llevaron la noticia a la casa de la viuda en que
vivía María, la madre de Jesús.
12. Y aquella mujer, al saber lo
ocurrido, los arrojó de su casa.
Jesús y los doce pajarillos II
1.Y Jesús, paseando con su madre
María por la plaza de la población, vio a un maestro que enseñaba a sus
discípulos.
2.Y he aquí que doce pajarillos
descendieron sobre donde estaban los discípulos con el maestro. 3. Y Jesús, al
observar esto, se paró, y se puso a reír.
4. Y, viéndolo reír, el maestro
se encolerizó.
5. Y dijo a sus discípulos: Id y
traédmelo.
6. Y cuando se lo llevaron, el
maestro lo agarró de una oreja.
7. Y le preguntó: ¿Qué has visto
que te haya hecho reír?
8. Y Jesús le contestó: Maestro,
he aquí mi mano llena de trigo.
9. Yo lo he mostrado a esos
pájaros, y he esparcido este grano, y ellos se han apresurado a venir por él.
10. Y Jesús estuvo allí hasta que
los pájaros se repartieron el trigo.
11. Mas el maestro lo echó de la
ciudad, con su madre.
Jesús vuelve de Egipto a Judea
III
1.Y he aquí que el ángel del
Señor se apareció a María.
2. Y le dijo: Toma el niño, y
vuelve a la tierra de los judíos.
3. Porque los que querían su
vida, han muerto.
4. Y María se levantó y se llevó
a Jesús.
5. Y fueron a la ciudad de
Nazareth, donde estaba la hacienda de su padre.
6. Y cuando José salió de Egipto,
después de la muerte de Herodes, condujo a Jesús al desierto, hasta que los que
querían la vida del niño no turbasen a Jerusalén.
7. Y dio gracias al Altísimo,
porque le había dado la inteligencia.
8. Y porque había hallado gracia
ante el Señor Dios. Amén.
Cosas que hizo Jesús en la villa
de Nazareth IV
1.Glorioso es para Tomás
Israelita, apóstol del Señor, contar las obras de Jesús, cuando estaba en
Nazareth, de regreso de Egipto.
2. Oíd atentamente, hermanos
queridos, lo que hizo el Señor Jesús en la ciudad de Nazareth.
3. Jesús tenía cinco años, cuando
una gran lluvia cayó sobre la tierra.
4. Y el Señor Jesús andaba bajo
la lluvia.
5. Y era espantosa, mas él la
reunió en una cisterna y le ordenó ser clara. Y ella lo fue.
6. Y, tomando el barro de aquel
pozo, lo modeló, y le dio forma de doce pajaritos.
7. Y Jesús hacía estas cosas un
día de sábado, en medio de los hijos de los judíos.
8. Y los hijos de los judíos
fueron a José, padre de Jesús, y le dijeron:
9. He aquí que tu hijo jugaba con
nosotros.
10. Y ha tomado barro, y ha
modelado doce pájaros, y ha violado el sábado.
11.Y José vino al niño Jesús, y
le dijo: ¿Por qué has hecho lo que no está permitido hacer en día de sábado?
12. Mas Jesús, abriendo las
manos, dijo a los pájaros: Levantaos y volad.
13. Porque nadie ha de daros
muerte.
14. Y poniéndose a volar,
alababan con sus gritos a Dios Todopoderoso.
15. Y, al ver esto, los judíos,
maravilláronse, y empezaron a divulgar los milagros de Jesús.
16. Y un fariseo, que estaba con
el niño, tomó un ramo de oliva, y destruyó la fuente que había hecho Jesús.
17. Y, cuando Jesús lo vio, se
enojó, y dijo: Sodomita impío e ignorante, ¿qué te habían hecho estas fuentes,
que son obra mía?
18. Quedarás como un árbol seco,
sin raíces, sin hojas ni frutos.
19. Y el fariseo se secó, y cayó
a tierra, y murió.
20. Y sus padres llevaron su
cuerpo, y se enojaron con José.
21. Y le decían: He aquí la obra
de tu hijo. Enséñale a orar, y no a maldecir.
Los nazarenos se irritan contra
José por las cosas que obra Jesús V
1.Y, unos días después, yendo
Jesús con José por la ciudad, un niño corrió ante ellos, y, tropezando
intencionadamente con Jesús, lo lastimó mucho en un costado.
2. Mas Jesús le dijo: No acabarás
el camino que has comenzado a recorrer.
3. Y el niño cayó a tierra, y
murió.
4. Y los que vieron tal milagro,
exclamaron: ¿De dónde es este niño?
5. Y dijeron a José: No conviene
que semejante niño esté entre nosotros. Aléjalo de aquí.
6. Mas si es preciso que tú estés
entre nosotros, enséñale a orar, y no a maldecir, porque nuestros hijos han
perdido la razón.
7. Y José llamó a Jesús y le
dijo: ¿Por qué maldices?
8. He aquí que los habitantes de
esta ciudad nos odian.
9. Mas Jesús dijo: Yo sé que a
ti, y no a mí, afectan esos discursos.
10. Y me callaré por ti, mas que
ellos vean lo que hacen, según su discreción.
11. Y todos los que hablaban
contra Jesús, quedaron ciegos.
12. Y se fueron diciendo: Todas
las palabras que salen de su boca tienen una potencia fatal.
13. Y viendo José lo que había
hecho Jesús, se enfureció, y le agarró de una oreja.
14. Y Jesús se enojó, y dijo a
José: Bástete mirarme, mas no me toques.
15. Tú no sabes quién soy. Y si
lo supieras, no me contrariarías. Porque, aunque estoy aquí contigo, he sido
creado antes que tú.
De cómo fue tratado Jesús por un
maestro de escuela VI
1. Y un hombre llamado Zaqueo
escuchaba lo que Jesús decía a José.
2. Y lleno de admiración por
Jesús, dijo: Nunca he visto un niño que hablase así.
3. Y se acercó a José y le dijo:
Tienes un hijo muy inteligente. Envíamelo, para que le enseñe las letras.
4. Y luego que las sepa, yo lo
instruiré con esmero, para que no permanezca en la ignorancia.
5. Y José contestó: Nadie puede
enseñarle, sino Dios. ¿Crees que este niño es como los demás?
6. Y oyendo Jesús lo que Zaqueo
hablaba a José, le dijo: Maestro, todas las palabras que salen de mi boca son
verdaderas.
7. Y yo he sido el Señor antes
que todos los hombres, y la gloria de los siglos me ha sido dada. Mas nada se
os ha dado a vosotros.
8. Porque yo soy antes que los
siglos, y sé cuál será el número de los años de tu vida, y que serás
desterrado.
9. Y tú debes comprender lo que
ha dicho mi padre, porque cuantas palabras salen de mi boca son verdaderas.
10. Y oyendo los judíos lo que
decía Jesús, se maravillaban.
11. Y decían: Estamos escuchando
de este niño discursos que no hemos oído nunca, y que no oiremos jamás de
nadie.
12. Ni aun de los príncipes de
los sacerdotes, ni de los doctores de la Ley, ni de los fariseos.
13. Y Jesús les contestó: ¿De qué
os maravilláis?
14. Miráis como increíble lo que
os he dicho, y he aquí que os he dicho la verdad.
15. Porque yo sé cuándo habéis
nacido vosotros y vuestros padres, y os puedo decir cómo fue hecho el mundo, y
conozco a quien me ha enviado a vosotros.
16. Y los judíos estaban tan
asombrados que no acertaban a responder.
17. Y el niño, recogiéndose en sí
mismo, se gozó, y dijo: Os he hablado en parábola, porque sé que sois débiles e
ignorantes.
18. Y el maestro dijo a José:
Tráemelo, para que le enseñe las letras.
19. Y José llevó a Jesús a la
casa del maestro, donde había otros niños instruyéndose.
20. Y el maestro, hablándole con
dulzura, se puso a enseñarle las letras.
21. Mas él escribió el primer
versículo, que va desde A a T, y se puso a instruirlo.
22. Y el maestro pegó al niño en
la cabeza, y el niño le dijo: Conviene que yo te instruya a ti, y no tú a mi.
23. Porque yo conozco las letras
que quieres enseñarme, y sé que nada puede salir de ti, más que palabras, y no
sabiduría.
24. Y comenzando el versículo,
recitó desde A hasta F muy rápidamente. Y mirando al maestro dijo: Tú no sabes
explicar lo que es A ni lo que es B. ¿Cómo quieres enseñar las otras letras?
25. Hipócrita, dime qué es A, y
te diré que es B. Y queriendo aquel doctor explicar la A, no pudo dar ninguna
respuesta.
26. Y Jesús dijo a Zaqueo.
Escucha, doctor, y comprende la primera letra.
27. Nota que tiene dos trazos que
se unen, se separan y engruesan, y que son el símbolo de la permanencia, de la
dispersión y de la variedad.
28. Y viendo Zaqueo explicar así
la primera letra, se asombró de que un niño tuviera ciencia tan profunda, y
exclamó: ¡Malhaya yo!
29. Porque he traído sobre mí una
gran vergüenza por causa de este niño, y estoy lleno de estupefacción.
30. Y dijo a José: Yo te ruego,
hermano, que te lo lleves, pues no puedo mirarlo a la cara, ni escuchar sus
discursos asombrosos.
31. Porque este niño puede
dominar el fuego y encadenar la mar, por haber nacido antes que los siglos.
32. Y yo no sé qué vientre lo ha
engendrado niqué pecho lo ha nutrido.
33. He aquí que quedo abatido en
espíritu, porque seré objeto de irrisión. Yo lo creía discípulo, y resulta ser
maestro.
34. Y no puedo sobrellevar mi oprobio
porque soy viejo, y, sin embargo, nada hallo que responderle.
35. Y quiero caer enfermo, y
dejar este mundo, o, a lo menos, abandonar esta ciudad, donde todos han visto
mi afrenta de ser confundido por un niño.
36. ¿Qué podré ya decir a los
otros? ¿Qué discursos haré, si él me ha vencido ya en la primera letra? 37.
Estoy estupefacto, ¡oh amigos!, y no hallo ni el principio ni el fin de la
contestación que habría de darle.
38. Y ahora, hermano José,
llévate al niño a casa, porque es un maestro, y un Señor, o un ángel. 39. Y
volviéndose Jesús a los judíos que estaban con Zaqueo, les dijo: Que los que no
creían, crean, y que los que no comprendían, comprendan, y que los sordos oigan
y que los muertos resuciten.
40. Y cuando hubo callado el niño
Jesús, todos los que habían sido heridos por su palabra, curaron.
Jesús resucita a un niño VII
1.Subiendo un día Jesús con unos
niños a la azotea de una casa, se puso a jugar con ellos.
2. Y uno cayó al patio y murió. Y
todos los niños huyeron, mas Jesús se quedó.
3. Y, habiendo llegado los padres
del niño muerto, decían a Jesús: Tú eres quien lo has tirado. Y lo amenazaban.
4. Y Jesús, saliendo de la casa.
se puso en pie ante el niño muerto, y le dijo en voz alta: Simón, Simón,
levántate y di si yo te he hecho caer.
5. Y el niño se levantó, y dijo:
No, Señor. Y viendo sus padres el gran milagro que había hecho Jesús, lo
adoraron y glorificaron a Dios.
Jesús cura el pie de un niñoVIII
1.Y un niño partía madera, y se
hirió un pie.
2. Y, sobreviniendo allí mucha
gente, Jesús se acercó también al niño, y le tocó el pie, y curó.
3. Y díjole Jesús: Levántate, y
parte tu leña, y acuérdate de mi.
4. Y la gente, al ver este
milagro, adoró a Jesús, diciendo: Verdaderamente, creemos que es Dios.
Jesús lleva el agua en su ropa IX
1. Y tenía Jesús seis años. Y su
madre lo envió a buscar agua.
2. Y como llegase Jesús a la
fuente, había mucha multitud, y se rompió su cántaro.
3. Y en la ropa que vestía,
recogió agua y la llevó a María, su madre.
4. Y viendo ella el milagro que
había hecho Jesús, lo abrazó, y dijo: Señor, óyeme, y salva a mi hijo.
Jesús siembra trigo X
1. Y, al advenir la sementera,
José fue a sembrar, y Jesús iba con él.
2. Y cuando empezó a sembrar
José, Jesús tomó un puñado de trigo, y lo esparció por el suelo.
3. Y llegado el tiempo de la
siega, José fue a recolectar.
4. Y Jesús recogió las espigas
del trigo que había sembrado, e hizo cien haces de buen grano, y lo repartió a
los pobres, a las viudas y a los huérfanos.
Jesús iguala dos maderos
desiguales XI
1.Y Jesús cumplió la edad de ocho
años.
2. Y José era carpintero, y hacía
carretas y yugos para los bueyes.
3. Y un rico dijo a José:
Maestro, hazme un lecho grande y hermoso.
4. Y José estaba afligido, porque
uno de los maderos que iba a emplear era más corto que el otro.
5. Mas le dijo Jesús: No te
aflijas. Toma el madero de un lado, yo lo tomaré del otro, y tiremos.
6. Y, haciéndolo así, el madero
adquirió la longitud precisa. Y Jesús dijo a José: Trabaja. He ahí el madero
que necesitabas.
7. Y, al ver José lo que había
hecho Jesús, lo abrazó, diciendo: Bendito sea Dios, que me ha dado tal hijo.
Jesús es llevado a otro maestro
para aprender las letras XII
1.Y viendo José el poder de
Jesús, y que crecía, pensó enviarlo a un maestro que le enseñase las letras, y
lo llevó a un doctor.
2. Y este doctor dijo a José:
¿Qué letras quieres que aprenda tu hijo?
3. Y José le contestó: Enséñale
primero las letras extranjeras y luego las hebreas. Porque estaba informado de
que aquel doctor era muy sabio.
4. Y cuando el doctor escribió el
primer versículo, que es A y B, se lo explicó a Jesús varias horas. 5. Mas
Jesús callaba y nada respondía.
6. Y dijo luego al doctor: Si
eres verdaderamente un maestro, y sabes las letras, dime la potencia de la
letra A, y yo te diré la potencia de la letra B.
7. Mas el maestro, colérico, le
pegó en la cabeza. Y Jesús, irritado, lo maldijo, y el maestro cayó al suelo, y
murió.
8. Y Jesús volvió a su casa, mas
José prohibió a María que lo dejase pasar el umbral.
Jesús es llevado por tercera vez
a un maestro XIII
1.Mas, transcurridos pocos días,
vino un doctor, amigo de José.
2. Y dijo: Llévame el niño, y yo
le enseñaré las letra tratándolo con mucha dulzura.
3. Y José contestó: Si puedes
conseguirlo, instrúyelo.
4. Y recibiendo el doctor a
Jesús, lo llevó con alegría.
5. Y llegado Jesús a la morada
del doctor, encontró un libro en un rincón, y tomándolo, lo abrió.
6. Mas no leía lo que estaba
escrito en él, sino que abría la boca y hablaba por inspiración del Espíritu
Santo, y enseñaba la Ley.
7. Y todos los asistentes lo
escuchaban atentos, y el maestro lo oía con placer, y le pidió que enseñase con
más extensión.
8. Y mucha gente se reunió para
escuchar los discursos que salían de su boca.
9.Mas José, sabiendo esto, se
espantó. Y el maestro le dijo: Hermano, yo he recibido a tu hijo para
instruiro.
10. Empero, he aquí que él está
lleno de sabiduría. Llévalo a tu casa con gozo, porque la sabiduría que tiene
es un don del Señor.
11. Y oyendo Jesús hablar así al
maestro, se regocijó y dijo: Tú ahora, maestro, has dicho la verdad.
12. Y por ti, el que es muerto,
debe resucitar. Y José lo llevó a casa.
Jesús cura a Jacobo de la
mordedura de una vibora XIV
1. José envió a Jacobo a recoger
paja, y Jesús iba con él.
2. Y mientras Jacobo recogía la
paja, una víbora lo mordió, y cayó al suelo como muerto.
3. Y viendo esto Jesús, sopló sobre
la herida, y Jacoboquedó curado, y la víbora murió.
Jesús resucita a otro niño XV
1.Y habiendo muerto el hijo de un
vecino, su madre se entregó a un gran dolor
2. Y sabiéndolo Jesús, llegóse al
cadáver del niño, y se inclinó sobre él, y sopló sobre su pecho.
3. Y le dijo: Niño, yo te ordeno
no morir, sino vivir.
4. Y el niño resucitó. Y Jesús
dijo a la madre: Toma a tu hijo, y dale de mamar, y acuérdate de mí. 5. Y
viendo este milagro, decía la gente: En verdad, este niño es del cielo.
6. Porque ha librado varias vidas
de la muerte, y cura a todos los que esperan en él.
7. Y los escribas y los fariseos
se llegaron a María, y le preguntaron: ¿Eres tú la madre de este niño? Y ella
dijo: En verdad que lo soy.
8. Y ellos le dijeron: Dichosa
eres tú entre todas las mujeres.
9. Porque Dios ha bendecido el
fruto de tu vientre, pues que te ha dado un hijo tan glorioso y dotado de una
sabiduría como nunca hemos visto ni oído.
10. Y Jesús se levantó, y seguía
a su madre. Y María conservaba en su corazón todos los milagros que había hecho
entre el pueblo, curando a muchos que habían enfermado.
11. Y Jesús crecía en talla y en
sapiencia, y todos los que lo veían, glorificaban a Dios, el Padre
Todopoderoso, que bendito sea por los siglos de los siglos. Amén.
Siglo Venidero